CONDICIONES DE USO Y MANTENIMIENTO


El nivel adecuado de atenuación a que debería quedar un trabajador cuando utiliza la protección auditiva es la que permite al trabajador quedarse entre 65 y 80 dB(A) con la protección bien ajustada.

Se recomienda seleccionar el protector de forma que el nivel de presión sonora percibido por el trabajador esté incluido en el intervalo anterior. Valores comprendidos en un rango entre 70 y 75 dB(A) se consideran como satisfactorios. Valores inferiores a 65 dB(A) indican que existirá una sobreprotección y cuando se registren valores por encima de 80 dB(A), consideraremos que la atenuación es insuficiente y por lo tanto la protección auditiva no nos proporcionará la protección necesaria frente al nivel de ruido externo.

 

No es deseable que el protector auditivo proporcione una atenuación excesiva, porque indicará una sobreprotección del trabajador, provocando en él un aislamiento del entorno y no permitiéndole escuchar alarmas o avisos del resto de trabajadores.

Esto indica que a veces la mejor solución no son los protectores que más atenúan, sino aquellos que proporcionan una atenuación menor pero suficiente para reducir el nivel de exposición a niveles adecuados.

Para que la eficacia sea adecuada deben usarse el 100 % del tiempo en él se esté expuesto al ruido.

Cualquier tipo de protector auditivo, ya sean los tapones desechables, reutilizables, a medida, orejeras pasivas o activas, aunque cumpla con su certificación, la atenuación sea la precisa para el nivel de exposición, esté adaptado al usuario y al entorno de trabajo dejará de ser efectivo si el usuario deja de utilizarlo durante algún periodo, por muy corto que sea, en el que el ruido esté presente.

Sin embargo, es habitual que los usuarios desconozcan esta circunstancia y no suelen ser conscientes de la gran reducción que se provoca a la atenuación efectiva al retirar el protector auditivo, aunque sea por breves periodos de tiempo.


Un ejemplo de la influencia del tiempo de utilización es el siguiente:

 

LA = 105 Db(A)

Atenuación del protector: 30 dB

Uso del protector durante 8 horas L´A = 75 dB(A)

Uso del protector durante 7´5 horas L´Aeq, d = 93 dB(A)

Es decir, no utilizar el protector durante 30 minutos en una jornada de 8 horas, implica que el nivel de exposición diario equivalente aumente en 18 dB.

 


La siguiente tabla recoge ejemplos de protección efectiva de un protector con atenuación de 30 dB para distintos periodos de tiempo sin el protector durante una jornada de 8 horas.


Observando un ejemplo en la tabla, si un trabajador no utiliza o se retira el protector durante tan sólo 24 minutos en una jornada de 8 horas, la atenuación disminuirá de manera drástica de 30 dB a 13 dB.

 


Por ejemplo, un protector auditivo que atenúa 30 dB si se usa las 8 horas de la jornada laboral, reduce su nivel de eficacia a 12 dB si se deja de usar 30 minutos al día y si se usa sólo la mitad del tiempo prácticamente no ofrece ninguna protección.

Por este motivo, es fundamental tener en cuenta es la comodidad en el uso de la protección auditiva. Si un protector no resulta cómodo para el trabajador, tenderá a quitárselo y no lo utilizará durante todo el tiempo de exposición.

Los principales factores que influyen en la comodidad de la protección auditiva son:

  • El tamaño del protector auditivo debe ser adecuado. En el caso de tapones, estos deben ser acorde al canal auditivo del trabajador y en el caso de las orejeras, estas deben ser anchas, para que entre con facilidad la oreja del trabajador.
  • En ambientes húmedos y calurosos es más cómodo el uso de tapones que de orejeras.
  • La presión de los tapones sobre el canal auditivo no debe ser muy fuerte para evitar daños cuando este se expanda.
  • La presión de la orejera sobre la cabeza no debe ser muy fuerte porque puede causar agotamiento, ni demasiado ligera porque debe sellar totalmente el conducto auditivo.
  • La suavidad de las almohadillas de la orejera en contacto con la cabeza y del tapón a la hora de colocarlo y retirarlo.
  • El peso del protector puesto que si es  muy pesado provocará cansancio al trabajador en un periodo de uso muy corto.

Un factor muy importante a tener en cuenta es la colocación del protector. Un ajuste y adaptación adecuados al usuario están directamente relacionados eficacia de la atenuación proporcionada. Un mal ajuste puede hacer que la protección efectiva sea menor que la indicada por el fabricante.

Es importante que tapones y orejeras se ajusten perfectamente para ofrecer una protección adecuada. La formación y la práctica van a ser dos aspectos fundamentales para conseguir una colocación adecuada y será necesario escoger un protector auditivo cuyas características se ajusten a las necesidades del trabajador

En el caso de tapones, estos deben ser insertados de una manera profunda, deben quedar por debajo del lóbulo de la oreja y tras colocarlos deberíamos comprobar que el ajuste es adecuado y que reducen el sonido propiamente dicho.

  

En estas fotografías podemos observar un ajuste adecuado (izquierda) e inadecuado (derecha) de los tapones en la oreja. Si nos colocamos frente a una persona y observamos que los tapones sobresalen, puede decirse que están mal colocados.

Colocación inadecuada de las orejeras.


En los siguientes enlaces se pueden ver ejemplos de cómo deben colocarse:


Los tapones reutilizables deben ser sometidos a una limpieza antes de utilizarse o después de cada uso con el fin de evitar ensuciar el canal auditivo. Cuando no están siendo utilizados, se recomienda que se mantengan guardados en cajas o elementos similares para evitar que se ensucien.

Las orejeras deben ser sustituidas ante cualquier signo de rotura de los casquetes, aparición de grietas o endurecimiento de las almohadillas, disminución de la presión del arnés o cualquier otro signo que haga sospechar que afecta al aislamiento proporcionado.

En algunas situaciones justificadas en las que no sea posible el uso del protector auditivo, es útil conocer cuánto tiempo puede permanecer el trabajador en un área con unos niveles de ruido elevados sin recibir una exposición que supere un determinado nivel, por ejemplo, sin superar el nivel inferior de exposición que da lugar a una acción (LAeq,d = 80 dB(A)).

La siguiente tabla muestra los tiempos máximos de exposición para no superar un nivel de exposición  diario equivalente, LAeq,d, de 85 dB(A).

Como se puede observar, un incremento de 3 dB(A) en la exposición a un ruido provoca que se duplique la dosis que recibe el trabajador y el tiempo de exposición se reduce a la mitad.