RECOMENDACIONES DE SELECCIÓN


Además de que dispongan de certificación conforme, como mínimo, a la norma EN 347 garantizando las propiedades de protección eficaz requeridas, se deberán contemplar una serie de condiciones tales como:

Uno de los principales factores que se deben valorar a la hora de seleccionar un casco es la comodidad de uso. El casco debe ser ligero, pesar lo menos posible y a la vez proporcionar una adecuada adaptación a la cabeza del usuario, puesto que un casco pesado o que no permita una adaptación confortable puede generar molestias al trabajador y rechazo al uso del mismo.

En trabajos en los que para su realización es necesario adoptar posturas que supongan inclinar en exceso la cabeza, se trabaje por encima del nivel de la vista o en posiciones forzadas se recomienda utilizar barboquejo para que el casco no se caiga o que esté dotado de un sistema de ajuste cómodo y fácil de utilizar que permita regular la presión de ajuste de forma sencilla.

                           Ejemplo de trabajos en los que es necesario un sistema de ajuste adecuado para evitar la caída del casco


A menudo los trabajadores se quejan de la incomodidad que supone llevar el casco demasiado ajustado para evitar su caída, es por ello que para conseguir una sujeción adecuada que impida la caída, es recomendable que el casco disponga de un mecanismo que permita modificar la presión de ajuste de forma fácil y rápida, preferiblemente sin tener que quitarse el casco o los guantes (si se están utilizando) para poder realizar el ajuste. Los sistemas tipo ruleta o deslizamiento son más fáciles y cómodos de utilizar que los de tipo pivote.

 

                                             Arneses de diferentes cascos donde se aprecian diferentes sistemas de ajuste


Además, un sistema de ajuste fácil, permite realizar a lo largo de la jornada modificaciones en el ajuste, mayor ajuste en tareas en las que sea necesario inclinar o variar continuamente la posición de la cabeza y un menor ajuste en tareas en las que la posición de la cabeza no sufre variaciones, mitigando de esta forma las molestias generadas por llevar el casco demasiado apretado.

En determinados oficios o situaciones como, por ejemplo, trabajos de topografía o situaciones en las que se trabaje por encima del nivel de la vista, es recomendable que el casco no disponga de visera delantera, que ésta sea lo más corta posible o que el diseño del casco permita cambiar la posición del arnés, permitiendo que la visera quede situada en la parte trasera de la cabeza.

 

Aquí se puede ver a un trabajador utilizando un casco sin visera y que el uso de un casco con visera interferiría de forma negativa en el desempeño de su trabajo.


En los casos en los que es necesario utilizar simultáneamente el casco junto con otros EPI se deberá analizar la posible compatibilidad o incompatibilidad de uso con aquellos EPI que sea necesario utilizar conjuntamente y con el trabajo que se realiza.

Es necesario tener en cuenta las condiciones de temperatura tanto de frío como de calor en las que se va a utilizar. Aunque las normas no definen unos requisitos mínimos de prestación para la capacidad de ventilación de los cascos, existen modelos que disponen de orificios en su casquete que permiten aumentar el confort térmico del usuario y evitar exceso de sudoración provocado por el calor. Asimismo, se deberá contemplar el uso del casco en situaciones de baja temperatura, adquiriendo cascos que permitan el uso de complementos que protejan al trabajador del frio.